Cantando historias #3: El Muerto Vivo/Peret (o la importancia de las pruebas de ADN)

Si en el siglo pasado hubieran existido las pruebas de ADN, mucha gente se hubiera ahorrado disgustos.

En 1910 en una localidad Manchega un pastor apodado "El Cepa" desaparece de la noche a la mañana.

Al haber vendido este unas ovejas recientemente, se sabe que tenia "cuartos" en el momento de la desaparición.

Su familia alarmada ante la falta de noticias sobre "El Cepa", sospecha de dos campesinos de la localidad de haberle matado para robarle y lo denuncian ante la autoridad municipal.

Francisco Ruiz y León Sánchez son acusados del asesinato del desaparecido. Son torturados, juzgados y condenados a 18 años de prisión de los que cumplen 12.

Un año después de salir de la cárcel, se descubre que "El Cepa" no estaba muerto, estaba tomando cañas, lerelerele...

Esto como todo el mundo sabe es el argumento de "El Crimen de Cuenca" (el crimen fue en realidad lo que les hicieron a los pobres sospechosos), y si hubiera sido una comedia, podía haber tenido como banda sonora la canción con historieta de hoy,

"El muerto vivo" del simpar Peret.

Ante la desaparición de un hombre (Blanco Herrera) al mismo tiempo del hallazgo de un cadáver desconocido, pero asombrosamente parecido al señor Herrera, se produce una confusión, donde entierran el cuerpo encontrado en lugar del desaparecido.

Al cabo de un tiempo, el supuesto fallecido aparece "lleno de vida y contento" y se aclara la situación ya que "no estaba muerto, estaba de parranda", que salió a tomar una caña y se lio.

Su mujer le rechaza ante el miedo irracional a dormir con un espíritu.

Ese genio emulando a Pedro Picapiedra... y con bigote...

Dicen que Gabriel García Marquez una vez dijo que cambiaría su premio Nobel por haber escrito "Pedro Navaja" de Ruben Blades, pues bien, ya cambiaría todo lo que tengo, por haber escrito esta canción.