Cantando Historias: El Ángel Simón - Nacho Vegas

Un hombre muerto, deja como única herencia y recuerdo a sus hijos una mancha oscura en un colchón, el hijo le escribe una carta para contarle como están sin él. Nacho Vegas nos cuenta cosas de su padre.


Hace ya unos cuantos años en una recopilación del RockdeLux de las mejores canciones nacionales de aquel año, me encontré con esta canción, y les debo reconocer que desde los auriculares de mi discman (si aquellas cosas existían aunque ahora nos parezcan del cretacico tardío) el tal Nacho Vegas (por aquellas ni puta idea de quien era) me heló la sangre en las venas.

El Ángel Simón es la carta que escribe un hombre a su padre muerto. Dicho señor se encuentra desde hace tiempo en una situación personal precaria, solo, arruinado y con un estilo de vida nada saludable.

Un día muere (en la canción no queda claro si por causas naturales o debido a un suicidio), y tras la inspección del juez, dos de sus hijos tiran el colchón donde encuentran el cadáver a la basura, dejándoles para siempre en sus cabezas la mancha de los fluidos corporales del "finado".

El padre no debió ser demasiado bueno por lo que el hijo le dice que todos están mejor sin el. Aun así todo este asunto le deja muerto de miedo y confundido, y presume de su capacidad de escribirle una carta cuando el padre ni siquiera pudo terminar una nota de despedida (una vez mas no queda claro si dicha carta eran las ultimas voluntades del "finado" o la que debía haberles dejado cuando les abandonó),  tiempo después el tercer hermano encuentra el borrador de la misma en el ordenador.

La canción termina suponiendo que el padre se esta pudriendo en el infierno, pero el hijo suelta un ultimo "Gracias"

Con todos ustedes "El Ángel Simón" de Nacho Vegas. Aviso, si el lector estuviera algo sensible, que no la oiga...

Esto amigos míos, esta basado en hechos reales


El siguiente relato se llama 'El ángel simón (relato)' y está en las páginas 61-65 dePolítica de hechos consumados. La transcripción que ahora copio la encontré en un Groupo de Msn sobre Bunbury y ya que alguien se ha tomado la molestia de transcribir el relato yo únicamente me he limitado a editarlo un poco y a corregir algunas faltas de ortografía (he respetado las omisiones de la transcripción, las partes que faltan no aportan demasiado para comprender la relación entre la canción y el relato).

El ángel Simón (Relato)

I

Hay una funeraria en una calle del centro de Gijón. Creo que lleva allí incluso desde antes de yo naciera, lo cual ocurrió en 1974. Cuando eran un crío y cruzaba con mi padre por delante de ella, él siempre gastaba la misma broma.

-Agáchate -me decía- ¡Rápido, agáchate!

Siempre me pillaba por sorpresa, y yo me agachaba.

-Es para que no te tomen las medidas- decía sonriendo.

II

En 1994 mi padre tenía 48 años. Murió una noche de verano mientras dormía. En aquel momento de su vida se encontraba solo y completamente arruinado.

III

-Es mejor que no entres- dijo mi hermano. Huele muy mal, no es agradable.

Desde luego yo no esperaba encontrar nada agradable allí. El piso estaba lleno de gente, el juez, el forense, la policía y otras personas desconocidas que se movían por toda la casa. Yo deseaba verlo por última vez. Quería ver la expresión que se le queda en el rostro a un hombre -no a un hombre, a mi padre- cuando el corazón le estalla en plena noche e inesperadamente acaba con todo. Incluso quería olerlo. Había un pequeño pasillo interior antes de llegar al cuarto. Solamente tenía que adentrarme en él y ya estaría casi en la habitación. Pero se adivinaba movimiento allá dentro, gente extraña manipulando su cuerpo mientras se tapaban la nariz con sus pañuelos. No tuve el valor para hacerlo. No entré en ese dormitorio y hoy lo lamento de veras.

-No es agradable- me repitió alguien con una palmada en el hombro.

IV

[fragmento omitido]

V

Me quedé varios minutos de pie delante de la puerta. Se escuchaba el sonido de la televisión dentro. Echaban dibujos animados. Mi hermano practicaba ritmos de batería tocando con un par de baquetas sobre sus muslos. También eso se oía. Javi acababa de cumplir 16 años. Le habíamos dicho que papá no se encontraba bien y ahora me tocaba a mí darle la noticia. Bajé en el ascensor hasta el portal. Allí paseé de un lado a otro un rato y volví a subir. Seguía sonando la televisión. ¿cómo se le da a alguien una noticia que uno mismo no acaba de asimilar del todo? Giré la llave muy despacio y entré.

-¿cómo está papá?- preguntó.

-Javi, papá murió.

-Venga, en serio, ¿cómo está?

-No, Javi, es en serio, papá murió.
Comencé a reír y a sollozar al mismo tiempo. Los dibujos seguían en la tele.

-Santi... lo encontró esta mañana- balbuceé- Llevaba tres días muerto... de un ataque al corazón.

[fragmento omitido]

VI

Hay una funeraria en una calle del centro de Gijón. Creo que lleva allí incluso desde antes de que yo naciera, lo cual ocurrió en 1974. Cuando era un crío y cruzaba con mi padre por delante de ella, él solía gastar la misma broma.
-Agáchate -me decía- ¡Rápido, agáchate!

Siempre me pillaba por sorpresa, y yo me agachaba.

-Es para que no te tomen las medidas- decía sonriendo.

Eso era lo que solías decir. Ese era tu sabio consejo. Sólo que se te olvidó algo importante: tú también tenías que agacharte.
En los comentarios de esta entrada podréis encontrar incluso uno de uno de los hermanos de Nacho Vegas (el que encuentra la carta), certificando la historia como cierta.

Acuerdense de agacharse...
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